Autora: Ibone Olza
Fuente: IboneOlza.wordpress.com
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Esta entrada va dedicada a todas las madres que eligen no dar el pecho y optan por la lactancia artificial o que por diversas razones no pueden amamantar a sus bebés, con cariño.
Hay muchas razones por las que una madre puede decidir no dar el pecho pero muy pocas contraindicaciones verdaderas de la lactancia materna. Todas las madres que optan por una lactancia artificial merecen el máximo respeto y apoyo, igual que las que optan por amamantar. Por eso precisamente es tan importante ofrecerles una información veraz y rigurosa sobre como dar el biberón para mimetizar la lactancia y así minimizar la pérdida que para cualquier bebé supone no ser amamantado.Lo primero creo yo es entender que la lactancia materna es mucho más que leche. Es contacto, es calor, es piel con piel y cuerpo a cuerpo, son miradas. Durante las primeras semanas y meses de vida todos los bebés necesitan ese contacto estrecho con la madre, se está construyendo el vínculo que sostendrá todo el desarrollo posterior. Cuando un bebé toma el pecho además de la leche recibe un abrazo prolongado, es sostenido en brazos muy cerquita de la cara de su madre, puede oír el corazón y escuchar las conversaciones que tiene su madre, bien con él o ella o con otros adultos. Todo ese contacto piel con piel y esa interacción tan cercana supone un estímulo muy poderoso para el cerebro del bebé. Además de la leche que recibe, las neuronas de su piel son estimuladas y envian señales al cerebro que contribuyen a liberar aún más oxitocina y otras sustancias relajantes. Por todo ello en cada toma los bebés sienten amor y placer.
Es muy importante entender como funciona la lactancia para poder asegurarnos de que si un bebé va a ser alimentado con leche artificial en biberón por la razón que sea lo único que se pierda sea la leche materna, pero no toda la estimulación e interacción que proporciona la lactancia y que tanto facilita el desarrollo saludable.
Dar el biberón como si fuera el pecho significa:
– Alimentarle a demanda. Nada de cada tres horas, ¿acaso todas las personas sentimos hambre con la misma frecuencia o a la misma hora? Los bebés no son una excepción, cada uno tiene su manera y sus gustos. Ofrécele el biberón cuando de señales de hambre y retíralo cuando de señales de no querer más, nunca le obligues a tomar a la fuerza.
– Dárselo siempre en brazos, y favoreciendo el mayor contacto piel con piel posible, especialmente las primeras semanas. Pero sigue siendo igual de importante pasado el año o los dos años, ¡la duración de la lactancia oscila entre dos y siete años! Los bebés no amamantados siguen necesitando ser sostenidos en brazos durante las tomas durante años, por lo que eso conlleva de abrazos y caricias e intimidad.
– Cambiar de lado en cada toma o incluso en la misma toma, alternativamente.
– Intentar que sea sólo la madre la que de el biberón, y si esto no es posible intentar que sean sólo dos o tres personas, siempre las mismas, las que se ocupen de su alimentación. Durante los primeros años de vida los bebés pueden vincularse de forma segura a cuatro o cinco personas como máximo, en las primeras semanas de vida están iniciando ese proceso con la madre y como mucho con el padre, abuelos o hermanos.
– Aunque no reciba lactancia materna puede usar el pezón para consolarse igualmente. Si la madre no lo desea entonces se puede utilizar el chupete, teniendo en cuenta que es un sustituto del pezón que deberíamos darlo siempre en brazos (o se convertirá en un objeto transicional).
– Dosis extra de contacto piel con piel, colecho, masajes, porteo, cosquillas y caricias sirven para potenciar en el bebé la liberación de las mismas sustancias beneficiosas que produce la lactancia materna. Esto es especialmente importante para los bebés adoptados.
– Quitar el biberón igual que se produce el destete: sin forzar, cuando el niño o niña esté listo.