La Convención de los Derechos del Niño, en su artículo 19, indica que el maltrato infantil se define como “toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo.”

 
En nuestra sociedad altamente violenta, el maltrato está muy naturalizado, a tal punto que nos perdemos en identificar, en nuestra biografía y en las prácticas cotidianas de cuidado, lo que es maltrato.
En mi caminar como ciudadana, madre y educadora, también víctima de maltrato, me ayuda la identificación inversa, por descarte, es decir:
 
Si no es buen trato, es maltrato.
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En Chile, la ley 21.430 sobre Garantías y protección integral sobre los derechos de la niñez y adolescencia, junto a la ley 21.013 sobre Tipificación del delito de maltrato psíquico y físico, nos llevan a garantizar, proteger y resguardar la protección integral de niños, niñas y adolescentes sin distinción. Es ley, no es una invitación, es deber y obligación, así que es hora que afinemos la mirada y actuemos en coherencia con los buenos tratos. 
 
Podemos repetirlo, hasta que logremos incorporarlo en nuestros modos de identificación, acción y reflexión. Vamos juntas y juntos:
 
Si no es buen trato, es maltrato.
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Un abrazo bientratante,

Blanca García Osorio
Educadora, doula, especialista en crianza respetuosa

www.crianzaenflor.cl

 

 

 

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