Autora: Blanca García
Fuente: Crianza En Flor®
Todos hemos conocido una familia que fue víctima del libro “Duérmete niño” de Estivill o de las recomendaciones conductistas para dormir de un profesional y/o amigo.
Lo primero que se nos viene a la mente-corazón es tristeza por ese bebé-víctima, y lo segundo, es juzgar a esa madre-victimario y padre-victimario que aplicaron los métodos. Sin embargo, creo que es imperativo sentir compasión por toda la familia e intentar ofrecer ayuda, porque ninguno de estos padres y madres busca ocasionar conscientemente daño a sus hijos. Todos, con su propia “caja de herramientas” intentan entregar lo mejor a sus hijos para facilitarles la adaptación a esta sociedad, incluso en contra de sus propios instintos, incluso en contra de sus propias necesidades.
Una madre y un padre que aplica métodos conductistas para que su bebé duerma, necesita de toda nuestra ayuda.
Una madre y un padre que llega a aplicar estos métodos necesita ayuda, porque tiene una historia que le ha impedido escuchar y responder en forma sensible a las necesidades de su bebé, tal vez sufrió lo mismo, tal vez no sabe que hay otras formas, tal vez sus propias necesidades tampoco fueron satisfechas.
Una madre y un padre que se hace parte de estos métodos necesita ayuda, para aprender a responder en forma sensible, para aprender a maternar, para aprender a paternar, para aprender a amar en una sociedad que no nos ha enseñado a hacerlo, y que nos invita constantemente a la evitación y al individualismo.
Una madre y un padre que llega a convencerse que está bien que su bebé llore hasta el cansancio y la claudicación, necesita ayuda para comprender que eso genera daños en el vínculo y en la constitución cerebral de su hijo que afectarán su vida presente y futura.
Una madre y un padre que aplicó el método, que ahora vuelve a escuchar su instinto, que ahora sabe las consecuencias en el desarrollo de su hijo y que siente angustia por todo lo realizado, necesita ayuda para comprender que la neuroplasticidad cerebral le permiten reparar el daño generado, que con dedicación, consciencia y sensibilidad explícitas, puede apoyar a reconstituir nuevas conexiones en el cerebro de su hijo.
Una madre y un padre que está solo y desamparado en la crianza se convierte en tierra fértil para naturalizar los métodos conductistas y silenciar su propio instinto de protección. Acudamos a sus voces, a sus llantos, a sus historias. Acudamos a abrazarlos, consolarlos y prestarles palabras, de la misma forma que haríamos con el llanto de un bebé o de un niño. De la misma forma que, tal vez hace mucho tiempo, necesitaron y les fue negado.
Si no acudimos en ayuda de estas madres y padres, y nos quedamos sólo en juzgarlos, estaríamos respondiendo insensiblemente, estaríamos dándoles la espalda a sus ya silenciados reclamos. Estaríamos aplicando el mismo método hacia ellos. ¿Te das cuenta de la implicancia de esto?
Todos necesitamos compañía y consuelo. Todos deseamos dormir, amar y vivir felices.
Blanca García
Fundadora/directora Crianza En Flor®
También te puede interesar:
El colecho hasta los cinco años
Autora: Sian Griffiths, traducido por Ofelia Urzainqui Fuente: Crianza Natural - Margot Sunderland, directora de educación del Centro para la Salud Mental Infantil de Londres, dice que la práctica conocida como colecho aumenta la probabilidad de que los niños crezcan...
Consecuencias de dejar dormir solo a tu cachorro
Autor: Ramón Soler Fuente: www.mentelibre.es ¿Cómo le afecta a tu cachorro dormir sin tu compañía? ¿Cómo piensas que se siente un bebé que es obligado a dormir solo? También te puede interesar: [et_pb_shop admin_label="Shop" type="product_category"...
Luna de leche, preparando las noches como si fueran días
Autora: Blanca García Fuente: Crianza En Flor® Son las 4 a.m. ¿Alguna más despierta a esta hora de la madrugada? ¿O también alguno despierto? ¿Alguna otra familia viviendo su Luna de Leche? Por aquí estoy preparándome para dormir de nuevo después de amamantar y mudar...